El kiwi es un ave fuertemente amenazada y su población ha ido decreciendo con el tiempo a causa de depredadores domésticos como perros y gatos y la destrucción de de su hábitat en un territorio limitado. Afortunadamente en Nueva Zelanda existen numerosos santuarios para proteger al ave y repoblar las zonas de donde son originarios.
Con las uñas de sus cortas patas, el kiwi rasca el suelo de la selva en busca de insectos, lombrices y bayas.El kiwi tiene los orificios en la punta de su pico y su sentido del olfato es muy bueno, algo raro entre las aves.